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CAMARADA HÉCTOR GALLEGOS, 99 AÑOS DE ENTREGA Y EJEMPLO DEL HOMBRE NUEVO

Escondía ejemplares del periódico El Pueblo, órgano oficial del PCE, entre los panes de su canasta, y los distribuía en bicicleta por las calles de Guayaquil, sorteando el acecho de la policía y los militares.
Escondía ejemplares del periódico El Pueblo, órgano oficial del PCE, entre los panes de su canasta, y los distribuía en bicicleta por las calles de Guayaquil, sorteando el acecho de la policía y los militares.

🟥 “Gallegos no pidió nada para sí, pero lo entregó todo por el Partido. Su vida fue una pedagogía silenciosa: un leninista riguroso, un militante alegre, un hombre nuevo que encarnó el socialismo como ética, como vida y como lucha.”


Por: Miguel Cantos Díaz


El camarada Héctor Endinburgo Gallegos Blacio, militante histórico del Partido Comunista del Ecuador, nació el 10 de agosto de 1926 y partió físicamente el 4 de mayo de 2025, a los 99 años de edad, exactamente la misma edad que tiene el Partido por el que vivió, luchó y soñó durante más de medio siglo. No es una coincidencia menor: es una señal simbólica de su unidad indisoluble con la causa revolucionaria, de su vida entregada al proyecto colectivo de emancipación de los pueblos.


Desde muy joven, abrazó la causa comunista con la conciencia de clase del trabajador que sabe que sólo mediante la revolución se puede conquistar una vida digna para los pueblos. Su militancia se forjó en los años más difíciles, cuando la represión de la dictadura militar de 1963 se cernía sobre los obreros, campesinos, estudiantes y comunistas.


En esos años de plomo, el camarada Héctor Gallegos, que trabajaba como repartidor de pan, se convirtió en un eslabón fundamental del trabajo clandestino del Partido. Escondía ejemplares del periódico El Pueblo, órgano oficial del PCE, entre los panes de su canasta, y los distribuía en bicicleta por las calles de Guayaquil, sorteando el acecho de la policía y los militares. Aquel gesto cotidiano fue, en realidad, una acción revolucionaria de alto compromiso, un acto de entrega militante que combinaba la disciplina leninista con la audacia del combatiente popular.


Con el retorno a la democracia en 1978, Gallegos fue delegado electoral del Frente Amplio de Izquierda (FADI) en una de las juntas electorales del Guayas, y años más tarde fue candidato a la alcaldía del cantón Balzar, siempre representando al proyecto político de los trabajadores y los sectores populares. Nunca dejó de participar, de aportar, de construir. Su compromiso no conocía pausas ni jubilaciones.


En el año 2014, ya entrado en edad, contribuyó activamente al fortalecimiento orgánico del Partido en Balzar, apoyó a la Juventud Comunista del Ecuador en su reorganización y fue uno de los impulsores del Frente Unidos junto al PSE y otras organizaciones locales del cantón.


Quienes compartieron con él recuerdan al c. Gallegos como un hombre alegre, profundamente humano, con su boina negra adornada con la hoz, el martillo, la estrella y el rostro del Che Guevara. Era habitual verlo llegar a la sede del Partido en Guayaquil, primero en Huancavilca y Coronel, luego en el barrio Patrimonial del Salado, siempre preguntando con entusiasmo si ya había salido la nueva edición de El Pueblo, o si había algún documento, algún libro, algún folleto que pudiera estudiar o llevarse a Balzar para compartir con otros compañeros.


Tenía una sed insaciable por el conocimiento político, por la formación ideológica, por estar al tanto del desarrollo del Partido. En cada reunión preguntaba con seriedad: “¿Cómo está el Partido en Quito? ¿Y en Manabí? ¿Qué dice la Dirección Nacional?” Esa preocupación constante era una muestra de su conciencia colectiva y de su amor por la organización. Su hambre de teoría estaba ligada a su vocación práctica: era un leninista en el sentido más estricto y noble de la palabra.


A pesar de su edad avanzada, siempre estaba en las marchas. Estuvo presente en cada Primero de Mayo, en cada 15 de Noviembre, levantando su bandera roja con orgullo, gritando con fuerza: ¡Viva el Partido Comunista del Ecuador! En el 2024, con ocasión del 98 aniversario del Partido, la Dirección Nacional y el Comité Provincial del Guayas le entregaron un reconocimiento en vida. Fue una ceremonia sencilla pero profundamente emotiva: un homenaje a un hombre que no pidió nada para sí, pero lo entregó todo por el Partido.


Para muchos jóvenes comunistas que llegaron en el nuevo siglo, el c. Gallegos fue un ejemplo viviente del compromiso revolucionario, una lección caminante de disciplina, modestia y constancia. Como decía el Che Guevara, “el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor”. Gallegos era precisamente eso: el ejemplo de ese hombre nuevo que encarna el socialismo como ética, como vida, como lucha.


Con su partida, no sólo perdemos a un camarada. Perdemos un testimonio viviente de la historia del movimiento comunista ecuatoriano. Pero su legado queda sembrado en la conciencia colectiva del Partido, en la memoria de quienes lo conocieron, y en el horizonte de quienes, como él, luchan por una sociedad sin explotadores ni explotados. Hasta la victoria siempre, camarada Gallegos.

 

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