A Noboa y su consulta popular no

El ofrecimiento de campaña de llevar a cabo una consulta popular por parte de Noboa, una vez en el poder presidencial, supuestamente tenía relación con las críticas situaciones por las que atraviesa el pueblo ecuatoriano. Hasta el momento, estas preguntas son once y amenazan con ser cinco más. Pero, partiendo de las once, estas no significan otra cosa más que un plebiscito para tomarle el pelo a todos los ecuatorianos.

El plebiscito y sus preguntas tienen un recorrido que hacer para lograr su cometido, ya que no cuentan con una determinación que obligue a considerar aprobado el contenido de las preguntas por parte de la Corte Constitucional o incluso la Asamblea. Algunas de ellas, las relacionadas con la presencia de las fuerzas armadas, no son precisamente nuevas, ya que el Estado burgués, al que se deben, las ha introducido de diversas formas en la Constitución y en las leyes, permitiendo a las fuerzas armadas intervenir criminalmente contra la población, la clase obrera, los campesinos y los indígenas, como ocurrió hace poco tiempo en el gobierno de Moreno, donde murieron más de una decena de manifestantes, así como el encarcelamiento de algunos de ellos. Introdujeron el término "terrorismo" para usarlo con discriminación.

La violencia criminal de pandillas ubicadas en cantones y provincias es el resultado del narco gobierno instaurado en el país por las mafias extranjeras, como la albanesa relacionada con los gobiernos de Moreno y Lasso, y radicada en la función judicial con vínculos en la Fiscalía.

Debido a su contenido inconstitucional, impopular y propio del Estado burgués y capitalista, la pregunta once debe ser rechazada de plano. Es en sí misma una provocación, una tendencia a la corrupción del pueblo, una mercancía de la peor especie a la que concurriría la gente adinerada, no solo para participar en el juego, sino también para lavar los activos de los atracadores millonarios, las pandillas y mafias que se ocultarían bajo este marco "legal" para proteger sus ganancias mal habidas. Los relativos ingresos que tendría el Estado ecuatoriano no compensan la propuesta mafiosa y criminal.

Si así ha comenzado este gobierno de empresarios y banqueros, que no se distingue en nada de Moreno y Lasso, los trabajadores de la ciudad y el campo, así como los jóvenes que reclaman educación y derechos al trabajo digno, deben salir a manifestarse públicamente en contra de esta aberración propuesta como consulta popular y decirle en forma tajante y directa NO.